Es aquí pregunta de un bello ejercicio de hipocresía de parte de Delphine Minoui o también sus dichas feministas iranís. La hipocresía está debida al hecho de que dejen oír que la ley existente sacada de la charia tiene una forma de equidad que estaría ausente de la nueva versión. En la nueva versión, el hombre tiene que demostrar de que dispone de los recursos financieros para casarse con varias mujeres aunque en la versión de la charia, necesita el consentimiento de las esposas precedentes.

Es pura hipocresía porque si la primera esposa niega son consentimiento, el marido sólo tiene que repudiarla antes de echarla en la calle sin miramientos ¡él tiene la charia por su lado! La poligamia dispone de un cierto fundo financiero y encuentra su origen en la prohibición hecha a las mujeres de ser independientes financieramente. Las mayores de edad deben aceptar la poligamia para no acabar en la calle sin pensión ninguna (no está previsto por la charia) y las más jóvenes sueñan con eso para escapar a la miseria y a los matrimonios temporales, esa forma islámica de prostitución impuesta a las mujeres musulmanes sólo es la antecámara que lleva a une práctica permanente de esa actividad.

En revancha, para los hombres que están interesados, es el jardín de las delicias tanto más que la edad legal para el matrimonio es de 13 años. Según las estadísticas del régimen, son más de 900 000 esposas todavía menor de edad en Irán. Irán se hizo una prima destinación para los pedófilas del mundo musulmán.

La hipocresía de las dichas amigas de la mujer iraní (Ebadi o Minoui) muestra motivaciones diferentes. Shririn Ebadi y sus colegas feministas del Estado son supuestas probar que la charia es compatible con la acción asociativa y el feminismo. El régimen organiza espectáculos como esa ley (lo que cambia nada a la dura realidad de las mujeres iranís) e ellas intervienen para dar a modificar algunas cláusulas.

Es en este momento que interviene Delphine Minoui. Para mediatizar su acción e explicar que bajo el régimen de los mollahs, las mujeres activistas tienen el poder de hacer fracasar las leyes por la acción asociativa. Todo eso es falso. Esos artículos dan una falsa imagen de la realidad sórdida de la mujer iraní e incitan a las verdaderas feministas occidentales a ayudar no a las mujeres iranís sino a las falsas oponentes como Ebadi y sus amigas de la “campaña 1 millón de firmas” (tal como la miliciana Nasrin Afzali, Parvin Ardalan o la poetisa pro-Khomeyni Simin Behbahani).

Por fin tenemos que precisar que al contrario de lo que anuncia Minoui, el proyecto de ley no fue retirado, está en proceso de adopción. Pero eso no cambia nada a la situación de las mujeres iranís: según la charia, el matrimonio es un contrato de copulación y el divorcio no existe. La mujer que no quiere dar su consentimiento será violada y después repudiada. De segunda mano, según la apelación, tiene que aceptar el encadenamiento de los matrimonios temporales, eso hasta el día en que nadie ya no la querrá.